¿Qué diría tu yo de 11 años si te viera hoy?
Cómo reflexionar sobre en quién te has convertido revela la disciplina del cambio real
¿Se sentiría orgulloso tu yo de 11 años de la persona en que te has convertido?
No es una pregunta que nos hagamos con frecuencia. La vida avanza rápido. Tomamos decisiones, enfrentamos desafíos, nos adaptamos — o no — y de alguna forma terminamos aquí. Pero de vez en cuando, vale la pena detenerse a preguntar: ¿Cómo llegué hasta acá? ¿Estoy orgulloso de esta versión de mí?
Esa pregunta puede generar incomodidad. Porque nos obliga a reconocer algo que solemos pasar por alto: cambiamos.
Constantemente. En silencio. A veces para mejor, a veces solo por conveniencia.
Y aun así, siendo algo tan inevitable, rara vez hablamos del cambio. Hablamos de metas, sistemas y éxito, pero no de las transformaciones lentas y sutiles que nos acercan a la persona que queremos ser o que, silenciosamente, nos alejan de ella.
¿Dónde estaba yo cuando tenía 11 años?
Recuerdo ese año con claridad.
Fue un año difícil.
Mi familia se cambió de ciudad, y ese cambio me afectó de formas que en ese momento no podía entender del todo, nuevos amigos, nuevo colegio, nuevas rutinas. Todo cambió.
Ese niño de 11 años no sabía que esa interrupción abriría puertas a amistades para toda la vida. No sabía que despertaría una curiosidad que se transformaría en carrera, jugando con su juguete favorito, un computador. No sabía que ese mismo camino lo llevaría, eventualmente, a estar a kilómetros de su familia para formar la suya propia.
Pero ese niño, lleno de esperanza y asombro, todavía vive dentro de mí.
A medida que envejecemos, la vida nos entrena para sorprendernos menos. Nuestra curiosidad se desvanece. Nuestro humor cambia. Las cosas que antes nos hacían reír ahora nos hacen avergonzarnos. A los 11, me reía con cualquier tontera, honestamente, ojalá aún pudiera.
Convertirme en padre trajo algo de eso de vuelta. Veo a mis hijos maravillarse con los aviones y la luna, reírse a carcajadas con caras chistosas y sonidos tontos. Trato de reírme con ellos. Trato de hacerlo de verdad.
Mirando hacia atrás, he cambiado mucho. He tomado decisiones difíciles.
Y no cambiaría nada.
Hoy estoy construyendo una vida hermosa junto a mi esposa, manteniendo a nuestra familia, y encontrando tiempo para reflexionar, escribir en mi diario y seguir creciendo.
La vida ha sido buena.
El cambio ha sido bueno.
Y de eso quiero hablar.
El cambio es la base del crecimiento
No hay disciplina sin cambio.
Si pensamos que la disciplina se trata solo de seguir un plan o mantenerse igual, estamos perdiendo el punto. La disciplina real se trata de estar dispuesto a convertirse. De elegir en quién queremos transformarnos, y tener la flexibilidad para evolucionar en el camino.
Por eso la plasticidad importa. La capacidad de cambiar, adaptarse y reconfigurarse cuando el momento lo requiere no es un efecto secundario de la disciplina; es su piedra angular. Sin eso, la disciplina se vuelve frágil. Se transforma en terquedad, no en fortaleza.
No puedes llamarte disciplinado si no estás dispuesto a realinearte.
Por qué resistimos el cambio
El cambio muchas veces se siente como una amenaza porque desafía nuestro sentido de identidad. Podemos preguntarnos: si cambio mis metas, ¿entonces estaba equivocado antes? Si ajusto mi camino, ¿eso significa que fracasé?
Pero quizás esa sea la perspectiva equivocada.
La neurociencia revela que nuestros cerebros están programados para favorecer la previsibilidad. La amígdala, conocida como el centro del miedo del cerebro, se activa frente a la incertidumbre, generando una respuesta de amenaza, incluso cuando el cambio podría ser positivo1. Esta reacción es parte de un sistema más amplio que involucra a la ínsula anterior y la corteza cingulada media, regiones vinculadas a cómo anticipamos y respondemos a resultados inciertos2.
En resumen, tu incomodidad con el cambio no es solo emocional; es biológica. Tu cerebro interpreta situaciones desconocidas como posibles amenazas, empujándote hacia lo conocido, aunque ya no te sirva.
Pero el cambio no es una traición. Es un refinamiento.
No estás hecho para permanecer igual. Estás hecho para crecer. Y el crecimiento real muchas veces viene acompañado de incomodidad. No la incomodidad del esfuerzo excesivo o el agotamiento, sino la incomodidad de transformarte.
La incomodidad de convertirte en alguien nuevo.
Alguien más cercano a la persona que aspiras ser.
Una vida autodisciplinada requiere reflexión
Si quieres vivir con intención y disciplina, necesitas detenerte y reflexionar:
¿Qué ha cambiado en mí últimamente?
¿Fue intencional?
¿Estoy orgulloso de ese cambio, o sucedió mientras no estaba prestando atención?
Esto no se trata de culpa; se trata de consciencia. No puedes adaptarte a lo que no notas. No puedes realinearte con tu propósito si nunca revisas el mapa.
La disciplina no es una cadena. Es una brújula. No te encierra, te ayuda a encontrar el camino de regreso cuando te desvías.
Y desviarse no es fracasar. Es parte del proceso. Pero solo si estás dispuesto a notarlo, y dispuesto a cambiar.
En las próximas semanas, exploraré esto más a fondo: cómo guiar el cambio con intención, cómo reconectarte con versiones anteriores de ti mismo y cómo usar el cambio no como una amenaza para la disciplina, sino como una prueba de ella.
Por ahora, pregúntate:
¿Admiraría tu yo más joven la dirección en la que vas?
Y si no, ¿qué se necesita para cambiar eso?
¡Que tengas una excelente semana!
Self Disciplined (Autodisciplina) es un boletín semanal que ayuda a las personas a construir una disciplina sostenible, sin quemarse en el intento.
A través de cambios de mentalidad, historias personales y herramientas prácticas, escribo sobre cómo mantener la constancia, recuperarse más rápido y vivir con intención.
Si estás trabajando en tus hábitos, tu enfoque o tu resiliencia, esto es para ti.
✨ Ideas que Vale la Pena Explorar
¿Te está gustando esto? Apoya la misión.
Escribo Self Disciplined para ayudar a más personas a construir una disciplina real y duradera — sin agotarse en el camino.
Si mi trabajo te ha servido, considera invitarme un café o hacerte miembro.
Cornwell BR, Didier PR, Grogans SE, Anderson AS, Islam S, Kim HC, Kuhn M, Tillman RM, Hur J, Scott ZS, Fox AS, DeYoung KA, Smith JF, Shackman AJ. A shared threat-anticipation circuit is dynamically engaged at different moments by certain and uncertain threat. bioRxiv [Preprint]. 2025 Feb 4:2024.07.10.602972. doi: 10.1101/2024.07.10.602972. Update in: J Neurosci. 2025 Apr 16;45(16):e2113242025. doi: 10.1523/JNEUROSCI.2113-24.2025. PMID: 39026814; PMCID: PMC11257510.