Encontrándose con el Enemigo del Éxito
¿Por qué nos convertimos en nuestro propio obstáculo y cómo evitarlo?
Todavía recuerdo esa conversación con mis padres. El momento en que toda mi ansiedad contenida explotó, cuando mis peores miedos se hicieron realidad frente a mis ojos. Apenas pude articular las palabras antes de que las lágrimas empezaran a caer.
Y luego, silencio. Ahí estaba yo, acostado en mi cama, mirando el techo, preguntándome... ¿Y ahora qué?
¿Alguna vez te has sentido tan apasionado por algo que pierdes la noción del tiempo? Ese tipo de impulso que te mantiene despierto toda la noche, que te hace saltarte comidas, completamente absorto en lo que amas hacer.
Algunos lo llaman obsesión. Otros, adicción.
Yo lo llamaba motivación.
Por años guardé esta historia para mí. No porque la haya olvidado, sino porque, sinceramente, aún duele. Es una historia de fracaso, de haberlo dado todo y verlo desmoronarse ante mis ojos. Y cuando algo duele, el instinto es seguir adelante, enterrarlo y no mirar atrás.
Pero últimamente he vuelto a pensar en ello, dándome cuenta de que tal vez la herida nunca cerró del todo. Así que hoy quiero compartir mi experiencia contigo. No para recibir compasión, ni para encontrar cierre, sino porque creo que aquí hay algo que podría ayudarte en tu propio camino.
Hoy vamos a hablar del autosabotaje.
Diseñado para fracasar
En 2012, tenía una certeza: quería construir algo. Soñaba con crear una empresa desde cero. En ese momento, en Chile no existía una plataforma robusta que ayudara a escritores aficionados a publicar su trabajo y construir una audiencia. Kindle aún no había llegado por completo al país y las principales alternativas eran Wattpad y LeanPub.
Así nació Blumee.
Blumee era una plataforma para que los escritores publicaran sus historias, similar a lo que hoy ofrecen Substack o Medium. La idea a largo plazo era permitir a los escritores empaquetar su trabajo en un libro (algo que nunca llegué a concretar, pero que, si me preguntan, Substack podría considerar).
Recluté a algunos amigos para que me ayudaran. Al principio se sumaron con entusiasmo, pero con el tiempo se hizo evidente que nuestras motivaciones y niveles de compromiso no estaban alineados. Al final, quedé trabajando solo.
Aun así, el ecosistema de startups en Chile estaba en auge, lo que me abrió puertas que de otro modo no habría tenido. Me aventuré en el mundo del networking, las presentaciones en público y los pitches, habilidades que nunca había desarrollado, pero que se volvieron esenciales para intentar hacer de Blumee un éxito. Por un tiempo, me sentía imparable.
Pero la realidad tarde o temprano alcanza a todos.
Blumee no creció lo suficientemente rápido y, lo más importante, no generaba ingresos. Pasaba mis días programando y haciendo conexiones, pero no lograba conseguir financiamiento. ¿Por qué? Porque no tenía un modelo de negocio probado.
Fue entonces cuando comenzaron a aparecer las dudas. Cada vez que surgía una oportunidad de financiamiento, mi mente se llenaba de preguntas: ¿Y si esto no funciona? ¿Y si no consigo los fondos? ¿Y si estoy desperdiciando años de mi vida en algo condenado al fracaso?
Hoy entiendo que esas dudas no eran solo pensamientos; eran autosabotaje en acción. En lugar de enfrentar los verdaderos problemas — definir un modelo de ingresos, hacer los cambios necesarios — dejé que el miedo me paralizara. Postergué decisiones clave. Evité los riesgos que podían haber salvado Blumee.
Y entonces llegó la conversación más difícil que he tenido con mis padres.
Recién había obtenido mi título universitario, pero mi emprendimiento no generaba dinero. Mis padres me hicieron una pregunta simple pero cargada de peso: ¿Y ahora qué?
No tenía respuesta. Estaba agotado, sobrepasado y sin claridad. Les dije que estaba trabajando en un plan, pero vieron a través de mi mentira. Me dijeron que era hora de independizarme, de conseguir un trabajo.
Eso significaba cerrar Blumee.
Años de trabajo, desaparecidos de un día para otro. Sabía que era lo correcto, pero eso no hizo que doliera menos. Me quebré en llanto. Había construido algo en lo que creía, pero también lo había construido para fracasar. El autosabotaje había funcionado.
Avancemos rápido hasta hoy: esa experiencia me moldeó y me llevó a donde estoy ahora. Gracias a ella, me mudé a EE.UU., conocí a mi esposa, formé una familia y trabajé en empresas como Amazon y Block, adquiriendo experiencias que nunca habría tenido de otro modo.
¿Lo haría diferente ahora? Sin duda.
El autosabotaje suele ser nuestra forma de protegernos del fracaso, pero en realidad nos asegura fracasar antes de siquiera intentarlo. Es una lección dura, pero valiosa.
Cuando nos convertimos en nuestros propios obstáculos
“El hombre no es enemigo de su sufrimiento, sino de su placer”
Friedrich Nietzsche
Si miro hacia atrás, noto un patrón: pasé demasiado tiempo imaginando lo que sería el éxito.
Quizás, demasiado.
Mi ansiedad me hacía jugar ajedrez mental, planificando diez, veinte movimientos adelante — más de lo necesario. En lugar de enfocarme en lo que podía salir bien, mi mente se aferraba a todo lo que podía salir mal.
¿Estaré listo para esto? ¿Podré manejarlo?
Mi mente ansiosa respondió por mí: No, no estaba listo. Y si no estaba listo, ¿para qué intentarlo?
Así comenzaron las excusas. Me convencí de no buscar inversores, me dije que necesitaba más tiempo, que aún había detalles por ajustar. La verdad es que no me estaba protegiendo del fracaso. Me estaba protegiendo del éxito.
Había hecho que el éxito pareciera tan abrumador que mantener el statu quo se sentía más seguro. Saboteé mi propio impulso, asegurándome de no tener que enfrentar los desafíos que el éxito podría traer.
Quemé el puente antes de siquiera llegar a él.
Nietzsche una vez dijo que "los pensamientos placenteros sobre el futuro pueden ser nuestros enemigos". En su momento, no comprendía del todo esta idea, pero ahora la veo con claridad: permití que mi propia mente convirtiera un futuro esperanzador en una fuente de miedo.
Y no soy el único. Las investigaciones muestran que el 50% de los emprendedores lidian con ansiedad1, y esta ansiedad a menudo conduce a comportamientos de autosabotaje2. Para los freelancers y dueños de negocios, las presiones diarias de la incertidumbre financiera y las responsabilidades del liderazgo solo amplifican estas tendencias3.
La mente puede ser una aliada poderosa o una enemiga implacable. La clave está en aprender a gestionar el miedo antes de que sea él quien nos controle.
¿Qué hace que nuestro cerebro se vuelva en nuestra contra?
El autosabotaje puede parecer completamente irracional, pero en realidad está arraigado en nuestra biología — resultado tanto de nuestra historia evolutiva como de nuestra química cerebral.
Nuestros antepasados sobrevivieron evitando amenazas y buscando seguridad4. Ese instinto sigue profundamente arraigado, aunque las "amenazas" modernas no sean de vida o muerte. La amígdala — el detector de miedo incorporado en nuestro cerebro — sobrerreacciona ante peligros percibidos, como hablar en público o asumir un riesgo profesional, tratándolos como si fueran amenazas físicas reales5. Al mismo tiempo, nuestra corteza prefrontal, la parte del cerebro responsable del pensamiento racional, lucha por contrarrestar ese miedo6. ¿El resultado? Procrastinamos, evitamos desafíos o nos refugiamos en nuestra zona de confort, incluso cuando asumir el riesgo podría beneficiarnos a largo plazo.
En otras palabras, nuestro cerebro nos engaña para elegir la seguridad a corto plazo en lugar del crecimiento a largo plazo — incluso sin que nos demos cuenta conscientemente.
Pero no es solo la evolución la responsable. El autosabotaje también se ve impulsado por problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y el TDAH789, que interfieren con la regulación emocional y la planificación a largo plazo. Por ejemplo, la ansiedad hace que la corteza cingulada anterior (ACC) — la parte del cerebro responsable de monitorear conflictos — entre en sobremarcha, llevándonos a sobreanalizar, dudar de nosotros mismos y caer en un espiral de incertidumbre10. La depresión activa una red neuronal por defecto (DMN) hiperactiva, provocando una rumiación constante y reforzando sentimientos de insuficiencia11. El TDAH, por su parte, altera la regulación de la dopamina, dificultando la motivación y la concentración, lo que a menudo resulta en impulsividad o procrastinación crónica, ambas formas clásicas de autosabotaje12.
Luego está la química cerebral. Cuando el estrés se activa, hormonas como el cortisol inundan el sistema, secuestrando la corteza prefrontal y haciendo que la toma de decisiones racional se vuelva casi imposible. Mientras tanto, niveles bajos de serotonina y dopamina amplifican la percepción negativa de uno mismo y reducen la motivación, creando un círculo vicioso donde, sin darnos cuenta, confirmamos nuestros peores miedos y dudas.
Así, en un giro irónico, nuestro cerebro — intentando protegernos — termina trabajando en nuestra contra, convirtiendo el miedo en duda y la incertidumbre en autosabotaje. Comprender esto es el primer paso para romper el ciclo.
¿Cómo podemos gestionar el autosabotaje?
"Ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo."
Epicteto
El autosabotaje es parte de la naturaleza humana. Está arraigado en nosotros, moldeado tanto por la evolución como por nuestro condicionamiento mental. Aunque quizás nunca lo eliminemos por completo, podemos aprender a reconocerlo cuando sucede y tomar medidas para minimizar su impacto. La clave está en abordarlo con conciencia y autocompasión, en lugar de frustración o autocrítica. Cuando entendemos que el autosabotaje es a menudo una reacción al miedo, la duda o la incomodidad, podemos crear el espacio necesario para desafiarlo en lugar de dejar que nos controle.
Dos de las formas más efectivas para combatir el autosabotaje son la atención plena y la introspección. La atención plena nos ayuda a notar cuando los pensamientos y comportamientos autodestructivos comienzan a aparecer, sin juzgarlos ni dejarnos atrapar por ellos. La introspección, por otro lado, profundiza en las causas raíz de estos comportamientos, como el miedo al fracaso o los sentimientos de insuficiencia. Cuestionar estas creencias limitantes nos da más control sobre ellas. Prácticas simples como escribir en un diario, meditar o reflexionar sobre nuestros desencadenantes pueden ayudarnos a desarrollar esta conciencia con el tiempo.
La filosofía estoica también ofrece ideas valiosas para superar el autosabotaje. En su esencia, el estoicismo nos enseña a enfocarnos solo en lo que podemos controlar: nuestros pensamientos, acciones y respuestas. Este principio se alinea perfectamente con la ruptura del ciclo del autosabotaje: en lugar de quedarnos atrapados en el miedo o la procrastinación, podemos tomar medidas intencionales y constructivas hacia nuestras metas. Pensadores estoicos como Epicteto nos recordaron que no nos perturban los eventos en sí, sino cómo los percibimos. Cuando reformulamos los contratiempos como oportunidades de crecimiento y practicamos la autodisciplina, fortalecemos nuestra resistencia ante el autosabotaje.
El objetivo no es la perfección, sino tomar decisiones constantes que nos impulsen hacia adelante en lugar de detenernos.
El arma secreta: La disciplina
Si bien la atención plena y la introspección nos ayudan a reconocer y comprender el autosabotaje, la realidad es que no ocurre una sola vez y desaparece. El autosabotaje tiende a resurgir, a veces de manera sutil, otras con gran intensidad, dependiendo de nuestras circunstancias y estado emocional.
Habrá momentos en los que nos sorprendamos en el acto, ya sea al reconocer las señales de advertencia o al anticipar comportamientos autodestructivos cuando el estrés o la ansiedad entran en juego. La clave no es solo la conciencia; es lo que hacemos a continuación.
Aquí es donde la disciplina se vuelve esencial.
Al practicar la disciplina y el autocontrol de manera constante, afinamos nuestra capacidad para corregir el rumbo cuando el autosabotaje aparece. El objetivo no es la perfección, sino construir sistemas confiables que nos ayuden a mantenernos en el camino correcto. En lugar de esperar a sentir motivación o luchar contra la duda, comprométete con pequeñas acciones intencionales alineadas con tus metas.
Una estrategia que utilizo para combatir la procrastinación, una consecuencia común del autosabotaje, es la Regla de los Cinco Minutos: comprometerse a trabajar en una tarea durante solo cinco minutos para superar la resistencia inicial. La mayoría de las veces, esos cinco minutos se convierten en un progreso significativo.
Recuerda, el éxito construye impulso. Cuanto más actúes, más fácil será superar las tendencias autodestructivas y seguir avanzando.
Conclusiones
Todos tenemos aspiraciones, cosas que, en el fondo, sabemos que somos capaces de lograr. Pero luego está esa voz interna persistente, la que susurra dudas y nos hace cuestionarnos en cada paso. A veces es sutil. Otras, se infiltra en nuestras acciones, frenándonos de maneras que ni siquiera notamos.
Si hay algo que quiero que te lleves de esto, es que eres capaz. ¿Esa voz crítica interna? No es la voz de la verdad. No dejes que te convenza de que no mereces el éxito, y mucho menos que dicte tu siguiente movimiento.
Y si el miedo al éxito alguna vez te hace dudar, recuérdate a ti mismo: ese es un puente que cruzarás cuando llegues allí. Ahora mismo, tu energía debe estar enfocada en seguir adelante.
¿Cómo se ha manifestado el autosabotaje en tu vida? Me encantaría leer tus pensamientos en los comentarios.
¡Que tengas una excelente semana!
Navigating Entrepreneurial Mental Health: Insights from the Trenches (2024) — https://founderreports.com/entrepreneur-mental-health-statistics
Avoidance of Anxiety as Self-Sabotage: How Running Away Can Bite You in the Behind — https://www.psychologytoday.com/us/blog/overcoming-self-sabotage/201005/avoidance-anxiety-self-sabotage-how-running-away-can-bite-you
6 Self-Sabotaging Behaviors of Entrepreneurs —https://www.thedenizenco.com/journal/6-self-sabotaging-behaviors-of-entrepreneurs
Why We Self-Sabotage — https://www.psychologytoday.com/us/blog/unlock-your-true-motivation/201911/why-we-self-sabotage
Amygdala Hijack: When Emotion Takes Over — https://www.healthline.com/health/stress/amygdala-hijack
Procrastination: It's pretty much all in the mind — https://www.bbc.com/news/health-45295392
Handling Self Sabotage & Anxiety — https://adaa.org/living-with-anxiety/personal-stories/handling-self-sabotage-anxiety
Self-Sabotaging and Depression: The Symptoms — https://peachtreewellnessmh.com/is-self-sabotaging-a-symptom-of-depression
Self-Sabotage and ADHD: Are You Your Own Worst Enemy? — https://www.additudemag.com/self-sabotage-adhd
Simmons, A., Matthews, S. C., Feinstein, J. S., Hitchcock, C., Paulus, M. P., & Stein, M. B. (2008). Anxiety vulnerability is associated with altered anterior cingulate cortex function during affective processing. NeuroReport, 19(10), 1033–1037. https://doi.org/10.1097/WNR.0b013e3283036e34
Hamilton, J. P., Farmer, M., Fogelman, P., & Gotlib, I. H. (2015). Depressive rumination, the default-mode network, and the dark matter of clinical neuroscience. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 10(6), 766–774. https://doi.org/10.1093/scan/nsu079
Volkow, N. D., Wang, G. J., Newcorn, J. H., Kollins, S. H., Wigal, T. L., Telang, F., ... & Swanson, J. M. (2011). Motivation deficit in ADHD is associated with dysfunction of the dopamine reward pathway. Molecular Psychiatry, 16(11), 1147–1154. https://doi.org/10.1038/mp.2010.97